miércoles, 15 de julio de 2009

La Previa

   Visitamos una comunidad en la que se celebraba la inauguracion de obras financiadas mayoritariamente por la ONG con la que fuimos, que nos dejo la sensacion de paternalismo en la garganta. Sin dudas los avances dentro de la comunidad son visibles facilmente, aunque me quedo pensando hasta donde vale rebajarse por la oportunidad de conseguir alguien que te de plata. Tantos lo hacen, me cuesta juzgarlos porque al menos los cambios son justos, utiles y equitativos dentro de la sociedad a diferencia de otros ejemplos.

   Igualmente, las experiencias bastan para reflexionar acerca de cuanto debemos aprender de esta gente en vez de ellos tener que adaptarse a este mundo desigual. Tambien me queda picando ácido en la lengua cómo un grupo estadounidense con una cultura completamente distinta a la sudamericana, habrá denotado la vision de las experiencias que  compartimos. Todo raro, pero lindo como siempre.

   Despues de un fin de semana de engire (como siempre, como nunca?), nos trae a la tierra un coscorron cuando Beto nos encuentre en el camino hacia el pueblo y sin distinguir muy bien las palabras de los balbuceos, de la vaca al costado, la cholita caminando con un bebe colgando, y Beto sigue moviendo la boca y por las dudas a todo le decimos que si hasta que sigue caminando. ¿Y que qué?

   Mas o menos, que el hijo llega, que si no podemos cambiar de casa y en el medio de nuestra confusion (porque todo estaba claro, supongo), arremetemos con el envion y encaramos el trayecto hasta Villazon, despedimos nuestro calido hogar sorateño y emprendermos viaje a por el ya pronto encuentro con Luchito. Con una satisfactoria despedida por parte de Beto y la prometedora oferta de darnos un poco de su terreno (¿aH?), comienza la ruta rumbo a La Paz, por quinta vez ya.

   Pasar por la gran metropolis sin consumir nada de todas las inverosimiles opciones que te ofertan en la calle, es un logro que pocos podran decir que consiguen. Teniendo como beneficio el acotado horario hasta la salida del bus, ayuda a cumplir el objetivo y sin mas que algunas frutas y bolsa de dormir en mano, encaramos arribo a Villazón despues de extensas 18 horas de camino.

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